Todos lo sospechábamos, pero aún faltaba el dato real. Y ya lo tenemos. Uno de los escasos efectos positivos del confinamiento se dio sobre los índices de lectura en España, que crecieron durante el pasado año. Así se constata en el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España. Su edición sobre 2020 fue presentada la pasada semana por el Ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, y el presidente en funciones de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), Patrici Tixis.
Así, en 2020 el 68,8% de la población española leyó libros, un 0,3% más que en 2019. No es ése el dato más alentador, en cualquier caso. Más destacable es que el número de personas que recurren a la lectura en su tiempo libre, y no por obligación, ha pasado del 62,2% en 2019 al 64% en 2020. Además, los lectores que leen de forma frecuente (diariamente o al menos una vez a la semana), han crecido desde el 50% al 52,7%. De hecho, durante los meses de confinamiento, ese porcentaje llegó a ser del 57%.
Desde una perspectiva regional, este aumento del número de lectores por ocio en tiempo libre fue generalizado en toda España. Aunque no se produjo en la misma medida. Por ejemplo, fue mayor en Cataluña y Andalucía, con una crecida de 2,3 puntos frente a 2019. Pero no pasó de 0,7 puntos en Baleares y 0,8 en Castilla y León.
Diferencias regionales
Ese desequilibrio se acentúa si vemos los números generales. De Madrid, donde el porcentaje de lectores por ocio en su tiempo libre es del 73,8%, a Extremadura, donde el índice se queda en el 53,9%, media un importante trecho. Respecto al nivel de estudios, el 85,7% de la población con estudios universitarios lee en su tiempo libre. Ese porcentaje baja al 39,6% en el caso de los habitantes que solo han cursado educación primaria. Y respecto al sexo, las mujeres leen más que los hombres en su tiempo libre.
Por último, durante 2020, un 71,1% de los compradores de libros eligieron a librerías para adquirir sus ejemplares. Este canal de compra creció un 3,6% respecto a 2019. En definitiva, una estadística que demuestra que las librerías de siempre siguen siendo fundamentales para el fomento de la lectura.
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